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Pobre Lucy

Hoy voy a hablar sobre mi perra.

Es una dobermann pincher del tamaño más chico que hay. O sea, es una dobermann en escala, con más parecido a un murciélago que a un perro.

Pero nos encariñamos con la pobre bicha, que aunque es una miñanga de perro, y lo más faldero que hay, tiene funciones prácticas, como oficiar de bolsa de agua caliente en los días de invierno, y de detectar las llegadas de madrugada cuando volvemos a mi casa (siempre fuimos –con mi hermana- de la opinión de que antes de salir deberíamos darle un valium, pero eso probablemente mate a la perra, así que no es una opción muy amigable). Ah, y es cazadora de tobillos de la gente que desconoce.

La hemos judeado hasta el hastío. De chica la usábamos de pelota de handball, la pasábamos de un lado a otro por el aire. La hemos disfrazado de todo lo que había para disfrazarla. Le pintamos las uñas de plateado (pobrecita, lo que parecía). Y acá cuelgo dos videos con las judeadas del verano, en las que mi madre no estaba, y la dejó al cuidado de mi hermana (pobre animal, en qué manos fue a parar).



Eso sí, no se puede quejar, paseó más o menos por todas las playas de la costa uruguaya.

Hasta mi hermanito se encariñó con ella, y le decía “Ushiii Ushiiiiiiii!!!”, la perra le mostraba todos los dientes, porque es otro que la judeó hasta el cansancio.



Y bue, que se le va a hacer, jeje, por lo menos no habla

4 tuvieron la brillante idea de pirar conmigo:

ah jajaja creo que le puse mas atencion a tu hermana que a tu pobre lucy, jajaja

29 de abril de 2007, 17:43  

hey no te hagas el vivo con mi hermana que le digo a berrinchitos jeje.

30 de abril de 2007, 4:18  

Yo también he tenido mascotas de lo más especial. No hay nada como ese peludísimo compañero al que puedes insultar, voltear y corretear y todavía te quiere (bueno, a su manera). Aunque he tenido perros extraordinarios, ahora muero por los gatos. El día que mi Maine Coon "Fuchi" se muera, neta que deveras voy a llorar, porque nunca habrá otro 'perro disfrazado de gato' como ella. ¡Si hasta sabe traer la pelota!

3 de mayo de 2007, 0:50  

:D Yo personalmente odio a los gatos. Ellos tienen algo contra mi, que gato que me ve, gato que me araña.
Y toda la vida tuve perros, sobre todo del tipo dobermann. Lucy es una Pincher, tengo otro que es Merlín, que es dobermann cruza con rottweiler (y es más bueno que la bicha chica). Y en lo de mis abuelos está el Tango, que le decimos el perro vaca, porque debe tener por lo menos 60 kilos el dobermann ese.

3 de mayo de 2007, 12:13  

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