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El ratón de biblioteca

De chiquita, yo tenía un libro con el cual me sentía muy identificada, que se llamaba “Un ratón de biblioteca”, y que trataba en esencia de eso, de un ratón bibliotecario que leía mucho.

El otro día, para matar el tedio que me provoca estudiar lo mismo durante meses, me puse a ordenar mi biblioteca. Primero que nada, me percaté de que tengo un disparate enorme de libros. Mi cuarto de por sí no es nada grande, tiene como mucho tres metros cuadrados, en los que tengo una mesa de comedor en la que está la computadora, impresora y un espacio libre para cuando estudio. Después, pegada a esa mesa está mi cama, a los pies de mi cama hay una estantería y la mesita de la tele (que la tele está debajo de la ventana), el ropero, y con todo apiñadísimo, tengo arriba de esta gran mesa, unos 5 estantes repletos de libros de la facultad (estantes de aproximadamente 85 cm. de largo cada uno, para que se hagan una idea, entran aproximadamente de 25 a 30 libros).

Y en la estantería que está a los pies de mi cama, tengo los libros que no son textos, o sea, los de divertimento puro, más algunas monografías y recopilados de leyes. Debo tener en total unos 400 libros –contando los textos-, en ese cuarto de tres metros cuadrados.

Y el problema se dio que cuando estaba guardando un libro de la fuga de la cárcel de Punta Carretas, de la contratapa del libro saltó una araña enorme patuda roja. Y me dije que ya era hora de ordenar; no hace tanto que no se mueven esos libros, pero un poco de limpieza no viene mal.

Vengo redescubriendo desde ese entonces un montón de libros, y me di cuenta de que, entre todos esos libros –hablo de los de entretenimiento- creo que me quedan sin leer 10 o 12, pero no más. Y hay un montón que debería cambiar por otros, porque me parecieron malísimos. Es que, además de todo, cuando falleció mi abuelo, dejó una biblioteca enorme que nadie quería ni revisar. La que se pasó semanas llevándose libros fui yo. Y después me dediqué a leerlos todos en los meses siguientes. De esa tanda no me quedan libros sin leer. Y, la verdad sea dicha, de 30 libros que me habré llevado de ahí, rescato 2 o 3, qué mal gusto de lectura que tenía el hombre (había una torta de libros de Deepak Chopra que los esquivé con todo mi ser, esos se los llevó toditos mi prima, menos mal).

Y ta, entonces mientras hacía la limpieza, empecé a catalogarlos y a comentarlos, porque se me dio en gana, y así llevo un registro de los libros que tengo, y los que ya leí. Además que capaz que a alguien le interesa, y, paso aviso, tengo libros ahí desde mi infancia, como libros que leo hoy en día –omito los diccionarios y enciclopedias- así que si no saben qué regalarle a ese ahijado recién adquirido, les puede dar alguna idea. La lista la voy a ir actualizando –a medida que compre libros nuevos-, la cuelgo en el MyBox, y la linkeo en el costado del Blog.

Pero eso cuando termine con esta semana de porquería.

2 tuvieron la brillante idea de pirar conmigo:

Orgullosamente puedo decir que tengo 500 libros, y todos leídos. Muchos los consideran guarda-polvos. Para mí son tesoros queridos. Y la biblioteca que mis padres hicieron para nosotros (bueno, para mí, porque mi hermano casi no leía), juro que se la voy a disputar con uñas y dientes a mi sobrina. Bien está que aprenda a leer, pero que se busque sus propios libros. Yo quiero rescatar los de mi infancia.

3 de mayo de 2007, 0:55  

Uh, yo cuando publiqué esto, pensé que eran más libros los que tenía, pero tendré 250 libros como mucho. Recién en la lista voy por la mitad, pero ya la completaré.

3 de mayo de 2007, 12:10  

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