Hablando con mi hermana, me acordé de algo que me había dicho el Chacho.
Según él, a cada persona la rige tres signos, el del año del nacimiento (horóscopo chino), el del mes del nacimiento (horóscopo occidental), y el de la hora de nacimiento (ascendente). Acorde con esto, soy Búfalo, de Géminis, ascendente Tauro.
Analicemos parte por parte.
El signo zodiacal chino mío dice que soy laburadora (¡¿?!), que amo la naturaleza (¡¡¡¡¿¿¿¿????!!!!) y que no tengo capacidades de líder a menos que sea trabajo en equipo (eso es verdad), que me importa lo económico y el bienestar de mi familia (eso es verdad, pero a su vez es válido para cualquier signo), entre otras cosas.
El que sea de Géminis me hace un ser bastante social (otro cri cri, en sociedad soy bastante tímida, hasta que agarre confianza, o hasta que me embole el tema de conversación), bastante superficial (a veces es cierto, pero no siempre, la moda no me importa mucho, tampoco puedo decir que soy la definición de glamour andante), incapaz de terminar algo por tener demasiados intereses (eso es totalmente cierto), y ciclotímica (nahh, depende del clima).
El ascendente, a diferencia del signo zodiacal occidental, es cómo se comporta uno en la vida del día a día –mientras que el signo zodiacal occidental es cómo es uno realmente-. No tengo mucha idea de cómo es la gente de Tauro, sólo que son bastante tercos.
Esto explicaría porqué dos personas de Acuario, o de Piscis, pueden ser tan diferentes la una de la otra, lo que no se es si se aplica para el caso de gemelos y mellizos, habría que preguntarle a algún/a mellizo/a o gemelo/a.
Bue, vayan a www.grupovenus.com.ar y ahí piden su carta natal (no se si es punto ar, eso lo ven Uds.).
Relaciono otra experiencia mítica: Hace unos meses también fuimos con Vicky y sus amigas a ver a una adivina medio gitana (por noviembre mas o menos).
No tienen ni idea de lo que nos reímos cuando vimos la puerta de la casa de la mujer. Casi me doy media vuelta y salgo corriendo. Un muro enorme gris (capaz de 2 metro y medio de altura por 7 metros de largo) lleno de humedades, y una tabla de madera (porque a eso el sustantivo “puerta” no le correspondía) agarrada con dos alambres y un candado. La puerta en sí estaba pintada en negro y rojo, con tridentes y formas octogonales alternando ambos colores. Y lo que vendría a ser el número de puerta, tenía inscripciones de dioses bahianos (Ixá, Oxalá), escritas como con sangre y otra cosa azul –después la mujer dijo que su religión no permitía matar animales, así que no quiero ni saber de qué era la sangre del letrero-.
La primera vez que fuimos, nos leyeron el aura, porque no tenía tiempo para tirarnos las cartas. Cuando te leía el aura, canturreaba algo sobre las aguas gitanas, prendía un montón de inciensos, y tenías que quedarte mirando una estantería bastante macabra llena de macaquitos negros, cartas, monedas, y un cuchillo clavado con sangre en uno de los estantes.
Mi aura salió de un harto naranja, que se supone que es una negatividad horrenda, que hace que aparte a la gente de mí, y que tenía que hacer baños con colonia y azúcar, y prender varios inciensos de miel. Ni bola le di, no solo no tengo porta inciensos, sino que los inciensos que ya tengo deben tener 7 u 8 años guardados en el cajón de mi escritorio, jeje.
Sigo.
Volvimos a los dos o tres días a que nos tirara las cartas. Me parece que un día publico las cosas que me dijo, porque mientras me hacía la famosa lectura, mi hermana anotaba los resultados. Si las vuelvo a leer, me voy a desmayar de tanto reírme. En un momento había que hacerle como 20 preguntas a las cartas, y llegó un momento que ya no tenía nada más para preguntar; y lo único que se me dio por preguntar era si iba a conocer a alguien famoso –las cartas me dijeron que no, pero conozco a gente “famosa”, yo que se, a Clever Lara lo veo todos los viernes, y el que lo busque en Google y no encuentre nada, está mintiendo a cara de guau, además en el ámbito del Derecho, ya he conocido Senadores, profesores que tienen altos rangos en la justicia, etc-.
Al fin y al cabo nos dijo cualquier pavada, pero nos divertimos un rato
Y a todo esto, me recomendaron hacer meditación, pero nunca logré dejar la mente en blanco. Aparte todavía no se me dio la veta neo zen.
¿Alguien me consigue una de esas bolas –la bola 8 de pool- que dicen sí, no, me parece que no, y depende, cuando las agitas? Porque es de las pocas cosas míticas que me faltan.
Ah, y me comí el huevo de pascua el viernes santo en vez del domingo (dicen que es de mala suerte, jajaja, me río de la mala suerte) (ahora me cae un rayo por decir eso, jajaja).
Etiquetas: Cosas catárticas
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0 tuvieron la brillante idea de pirar conmigo:
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