Pires clásicos de una mente casi brillante

El fin de semana en el que fue la Batalla de las Piedras, fuimos a bailar a Almodobar con unos amigos.

Si bien nos aburrimos de escuchar el Tiburón y el Alacrán (de Proyecto Uno y Sandy Papo), e íbamos a cada rato a fumar al sector de fumadores, en ua de las veces que fui al susodicho sector, vi a mi hermana hablando con una gente.

Me acerqué a hacer amigos, y veo que están hablando en inglés. "Turistas", dije, lo que hace más divertido encajarles cualquier guasada. Igual, como después verán, lo de encajar guasadas pasa a ser recíproco.

Nos quedamos ahí charlando hasta que barrieron el piso del boliche (se sumaron unos amigos más a la charla gringa), y los chicos con los que hablábamos eran tres alemanes y un holandés. Al holandés le decías "MARIHUANA!" y el tipo gritaba "MARIHUANAAAAAAAAA!!!". Después no entendía nada más.

De los alemanes, estaba Moritz, que había vivido en Argentina (y hablaba un español lunfárdico-gringo), Mario y Richard, que estos dos hablaban inglés -uno de ellos a las patadas-. Bien, con esta gente nos fuimos de Almodóbar, a Kalú, bailamos un rato -ya eran como las 8 de la mañana- y nos fuimos a la Rambla. Y prácticamente desfallecimos del frío, entonces, después de pasear un rato (y yo que bar que veía abierto, bar que me pedía un café para llevar) (así me tomé tres o cuatro cafés, y me quedé sin un peso) (como te curran en la Ciudad Vieja si te ven con un gringo), terminamos en la Plaza Independencia.

A todo esto, entre la existencia de indígenas en el Uruguay (¿¿??) y los linchamientos públicos en Alemania (¿¿¿¿?????), dos de tres alemanes resultaron hiper fascistas, y el otro (Mario) era el más interesante pa charlar. Por decirlo de otra forma, sin ser Mario, los otros eran unos tarados.

En fin, la foto que va a continuación, fue tomada en la Rambla, con dos de estos chicos, con el pretexto de que me quería sacar una foto con dos rubios naturales porque quién sabe cuando eso volverá a ocurrir.


Una foto de la Plaza Independencia, a las 9 de la matina, justo cuando caen todos los ómnibus de turistas a sacarle la foto a la estatua de nuestro prócer. Es cómico ver a un montón de gente con sobrepeso, gorritos de pescador, cámara de fotos en mano, y riñoneras. Lo ves a diez kilómetros y sabés que es un turista. No hay vuelta que darle.

En fin...no coordino mucho, pero bue