Pires clásicos de una mente casi brillante

A lo que tengo Internet Wap en mi celular, tengo la posibilidad de navegar por Internet 24 horas.

Y se me da por buscar cualquier tipo de cosas, y de hacer click en links inauditos que saltan sobre cualquier otro tema.

En una de estas búsquedas delirantes mías fui a parar a un blog que hacía un comentario sobre el disco “Soy sola” de Ana Prada. A la persona que hizo el post le gustó este disco, a los comentaristas no mucho. Tengo ese cd, y lo escuché una sola vez (no se si comenté que ahora me está dando la manía de comprar cds de los cuales nunca escuché un solo tema, bueno, este es un claro ejemplo). Me gusta la voz de Ana Prada, pero los temas en sí me hacen acordar a esos bailes de la escuela en donde se bailaban bailes y danzas típicas de diferentes países. Podía haber sido música uruguaya, como música del chaco, si a uno no le dicen no se da cuenta. Aún así, es como un cd que te sube el ánimo, pero no da para colgarse escuchándolo demasiado.

A todo esto, hice un click en el link a otro blog, y me encontré con el blog “La quinta pata”, en el que escribe Dharma (que según este blog, es sumamente adoradora del jazz –no la critico, a mi también me gusta-, y canta con una banda). Ya había visto posts de ella, y son realmente interesantes, además de que tiene todos los “piques” de dónde se puede ir a escuchar jazz. Es un blog realmente recomendado.

Lo que me resulta interesante es que esta cultura jazzística se da hace años en el uruguay. Y conozco más gente que escucha jazz, que la que escucha tango, tan supuestamente de nuestra cultura. Aún así hay propuestas también sobre tango, como Francis Andreu o Maia Castro, aunque no son de mi particular interés. Pero como me dijo un amigo de mi abuelo “si el tango tenés que ir a aprender a bailarlo, es porque no está tan arraigado en nuestra cultura”.